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es un dúo de exploración, improvisación y ambigüedades sonoras e identitarias.

Movimientos de un espejo

IPRJ presentandose en Espacio Ceibo IPRJ presentandose en Espacio Ceibo
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Movimientos de un espejo es un trabajo de exploración textural sobre la identidad; es la reflexión final de dos artistas trans no binaries en su camino de autodescubrimiento.

Podemos ver su crecimiento a lo largo de los tres movimientos que dividen la obra: la dispersión de la identidad antigua, la disconformidad con la cisheteronorma y el abandono de un camino impuesto se ve presente en “Espejo roto: dispersión” donde les artistas se miran sin reflejarse, la mirada propia y ajena no son coincidentes; de allí, la ruptura traducida a sonidos inconexos, irreconciliables, donde lo que lucha por salir es lo propio, incongruente y desordenado.

Lentamente, vamos sintiendo pequeños fragmentos de material sonoro unificándose: se abre paso "Espejo líquido: movimiento". Dentro de la búsqueda, un encuentro que plantea una tercera dimensión a la escucha; en palabras de Pauline Oliveros: "¿Por qué los sonidos no pueden ser visibles? ¿No causaría la retroalimentación del oído al ojo una oscilación fatal?”.

Les artistas juegan con la idea del líquido en movimiento, la dimensión visual de una identidad inundada, donde los antes fragmentos pueden encontrar una unión posible debajo de la ola, en la base del movimiento, pero también en la oscuridad, en el silencio. El encuentro con pares, personas que también están luchando contra la norma y dónde sus identidades reflejan y alimentan la propia. La textura se vuelve densa y posiblemente infinita, la nueva identidad será lo que queramos ser. Siempre y cuando esté oculta en una dimensión donde no existe el lenguaje.

En el momento en el que les artistas pueden nombrarse es que se vislumbra el último movimiento "Espejo sólido: los límites" es una guerra entre el exterior y el interior. La relación entre un mundo que les oculta, persigue, niega, al cual se presentan con un arma tan volátil como el lenguaje. Éste toma la forma de organismo vivo dentro del cual pueden tener su condición de posibilidad: para estxs artistas, el lenguaje es la única forma de corroborar una imagen que refleje fielmente lo que ven. Empezar a nombrarse, a reconocerse, a encontrarse en otres es empezar a existir en un mundo donde la batalla no es individual, sino colectiva.

El espejo solidifica su forma, que siempre permanecerá un poco móvil, donde siempre habrá espacio para el cambio: el final es abierto. La escucha propone acercarse a los propios monstruos de la identidad y desolidificar esos cimientos sobre los que creíamos que se basaban. Hay espacio para un mundo mejor, infinito, siempre y cuando nos atrevamos a mirarlo en los movimientos del espejo.